En el artículo referente a la autoconfianza señalaba que uno de los factores más importantes para autosugestionarte con éxito es una sólida confianza en ti mismo. Tu subconsciente debe percibir que estás realmente determinado a modificar tus hábitos, sin dudas ni titubeos. La cuestión es: ¿cómo puedes autosugestionarte para adquirir confianza en ti mismo si la propia autoconfianza no es, por el momento, una de tus cualidades? La respuesta se halla en otro de los factores importantes que intervienen en la autosugestión: la constancia.
En palabras del escritor Arturo Graf, “la constancia es la virtud por la que todas las demás dan su fruto”. Y dado que la autosugestión se basa en la repetición de afirmaciones, llegarás a lograr tus objetivos a través de una práctica constante y perseverante. Por tanto, como puedes ver, entra en juego también la perseverancia. Lo descubrirás cuando, tras esforzarte durante algunos días, tengas dudas de que se estén produciendo resultados positivos. Y créeme, si le has dedicado el tiempo suficiente cada día, el cambio es ya inevitable.
Es bien sabido que gran parte de las personas fracasan en sus iniciativas simplemente porque la impaciencia les lleva a abandonar antes de ver los resultados, incluso estando realmente cerca del éxito. La constancia te reportará grandes beneficios si eres capaz de esforzarte cada día aun sin ver resultados. Es una cuestión de fe en ti mismo. Eres capaz de lograrlo y así lo harás, pero debes dedicarle el tiempo suficiente.
Por otra parte, ocurre con frecuencia que desistimos de ejercitarnos un día por el mero hecho de que al día siguiente estaremos ocupados o tenemos compromisos y no podremos ejercitarnos. Pensamos: “¿de qué me sirve ir al gimnasio hoy si mañana no voy a poder ir, y probablemente tampoco pasado mañana? Mejor lo dejo para la semana que viene”. Y yo digo: ¡olvídate de mañana! Hoy es hoy, y aprovecha que puedes ejercitarte. Además, mañana seguro que encontrarás diez minutos para repetir mentalmente las afirmaciones. Aunque sea al acostarte, o en la ducha, o incluso cuando caminas hacia el trabajo. No hay excusas para no ser constante.
Con el objetivo de trabajar este pilar fundamental de la autosugestión positiva, te propongo el ejercicio siguiente. Éste se compone de 20 afirmaciones que se repiten de forma rítmica y constante.
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| Ejercicio de autosugestión para la constancia |
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Cómo realizar este ejercicio
Una vez relajado y concentrado, sitúate en una posición cómoda, con la espalda erguida, a unos 50-60 centímetros de la pantalla. Fija tu mirada en el punto central y mantenla así durante al menos 2 minutos. Parpadea tantas veces como lo necesites pero sin quitar tus ojos del punto central. Después, descansa la vista durante 1 minuto y vuelve a realizar el ejercicio. Cuantas más veces lo completes, antes desarrollarás la virtud de la constancia. Es importante recalcar que conviene más hacerlo la mitad de veces durante el doble de días que el doble de veces durante la mitad de días. Es decir, es mejor ejercitarse 5 veces al día durante 2 días que 10 veces en el mismo día.
Para maximizar el efecto de este ejercicio, te propongo dos variantes a la forma pasiva:
- Con tu dedo índice golpea suavemente la mesa cada vez que aparezca una nueva afirmación. Cambia de mano cuando reinicies el ejercicio después de cada descanso.
- Sitúa ambas manos delante de ti con las palmas hacia arriba y los puños cerrados. Con cada nueva afirmación estira uno de los dedos, como si estuvieras contando. Continúa hasta tener todos los dedos estirados, es decir, las dos manos abiertas con las palmas hacia arriba. Vuelve a cerrarlas y repite el proceso.
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